¿Por qué son la lectura y escritura académica un desafío para los estudiantes universitarios?

¿Te has preguntado por qué a los estudiantes universitarios se les dificulta la lectura y escritura académica? ¿qué ayudas se pueden hacer desde la academia para el desarrollo de textos académicos por parte de los estudiantes? ¿conoces cuál es el proceso de lectura-escritura y su funcionamiento?

Pues bien, la profesora británica, Úrsula Wingate nos da la respuesta a estas preguntas. Ella es profesora titular de educación y lenguaje del King’s College de Londres, Reino Unido; sus intereses de investigación incluyen las políticas y prácticas del idioma inglés y la metodología de enseñanza de idiomas. Es editora conjunta del Language Learning Journal; y parte del consejo editorial de dos revistas sobre educación superior. (Tomado de su página de información del King’s College de Londres).

El último libro de Wingate: “Academic Literacy and Student Diversity: The Case for Inclusive Practice” (2015) es el que escogí como referencia para esta entrada. Este libro, según el portal Google Books, proporciona una visión general sobre los acercamientos que se han hecho sobre literacidad académica y sus teorías subyacentes; el libro tiene entonces como objetivo concienciar sobre las pedagogías de literacidad innovadoras y además apoya la transformación de la instrucción que se hace sobre literacidad académica en todas las universidades con poblaciones estudiantiles diversas.

Úrsula arguye que las didácticas sobre lectura y escritura académica actuales no son las adecuadas para atender las poblaciones estudiantiles diversas, empezando porque desde la investigación académica se ha mostrado más interés en la escritura que en la lectura, lo cual presenta un problema ya que la mayoría de actividades académicas involucran un proceso de “lectura-escritura”. Lo anterior significa que un estudiante lee para posteriormente producir un escrito relacionado con lo que leyó, esto requiere que el estudiante tenga la capacidad de realizar una síntesis apropiada de la información del texto.

Ese enfoque directo en la escritura sobre la lectura presenta un problema pues el modelo de “lectura-escritura” muestra un nexo existente entre una actividad y la otra, es decir, es imprescindible realizar una buena lectura para poder escribir un buen texto.

Un problema notable es que los estudiantes usualmente batallan con la lectura de textos académicos y aún más cuando tienen que escribir sobre ellos; esto pasa porque algunas veces los profesores universitarios toman por sentado que los estudiantes ya tienen estas habilidades desarrolladas.

“University students can be assumed to be experienced and proficient readers in genres that are familiar to them, their lack of subject knowledge and of academic genres can reduce their reading to the level of basic comprehension” (Wingate, 2015, p.81)

“Los estudiantes universitarios pueden ser asumidos como lectores experimentados y competentes en los géneros que son familiares para ellos, su falta de conocimiento de la materia y de los géneros académicos puede reducir su lectura al nivel de comprensión básica” (Wingate, 2015, p.81)

La autora ejemplifica esto comparando a los estudiantes de primer año de universidad con los lectores en segunda lengua (L2) porque a pesar de que ellos ya tienen activada su capacidad de leer y escribir, deben adquirir nuevas habilidades que les permitan conocer los géneros nuevos a los que se enfrentan en la educación superior. Entra entonces en tema la discusión sobre la importancia de conocer los géneros académicos, ya que cuando los estudiantes se sienten familiarizados con los distintos géneros o formatos que utilizarán a lo largo de sus carreras, podrán comprender cómo se estructuran y de esa forma escribir un texto de ese tipo; además, cuando se conoce el género al que le hacen frente pueden prepararse y anticipar el propósito comunicativo del mismo; en pocas palabras, si los estudiantes conocen el género que están leyendo , la tarea de lectura-escritura no se les dificultará y no se sentirán frustrados cada vez que tengan que leer y escribir textos académicos. En palabras de Úrsula:

“Genre knowledge is an important part of background knowledge, as it allows the reader to recognise the text’s communicative purpose, rhetorical organisation and formal features, and aids not only comprehension, but ultimately also the production of similar texts.” (Wingate, 2015, p. 80)

“El conocimiento del género es una parte importante del conocimiento previo, ya que le permite al lector reconocer el propósito comunicativo, organización teórica y características formales del texto, y no ayuda solo a la comprensión, sino también a la producción de textos similares.” (Wingate, 2015, p. 80)

Otro factor que determina la capacidad de análisis al momento de leer y escribir son sus antecedentes académicos y socioculturales, los estudiantes que vienen con unas bases menos privilegiadas en este aspecto normalmente no se encuentran lo suficientemente preparados cuando tienen que leer y escribir textos académicos en la universidad. Esto demuestra que el hecho de que los estudiantes sean admitidos en la universidad no implica que sean completamente competentes para realizar sus tareas de lectura y escritura, por eso, el asumir que los estudiantes ya saben leer y escribir sería incorrecto por parte del docente o tutor.

Para poder ejemplificar este punto decidí entrevistar a cinco estudiantes de diferentes carreras de una universidad ubicada al suroccidente colombiano, sobre cómo fue su formación a nivel de lectura y escritura académica en sus colegios y como esta les ayudó o afectó al momento de entrar a la universidad, los nombraré a continuación reservando sus nombres, diré su carrera y semestre.

Estudiante 1: es una estudiante de Ingeniería Industrial de tercer semestre, proviene de un colegio privado de la capital de un departamento en la región pacífica colombiana, afirma que en su colegio las actividades de lectura y escritura eran de suma importancia, mensualmente debían leerse alrededor de tres libros y más adelante realizaban un escrito sobre el mismo, el cual era revisado por el docente tres veces antes de ser entregado, sin embargo estas actividades solo se hacían durante la clase. En la universidad encontró que la escritura era distinta a la que hacía en su colegio, solo ha visto una materia de escritura en lo que lleva de carrera, y no era obligatorio citar pues bastaba con poner la referencia bibliográfica. Por último, ella muestra que si se le dificulta la lectura y la escritura académica “lo más difícil es saber interpretar de manera crítica, el análisis.”